Tove Jansson

Vol. 1

Tove Jansson


Una artista de ochenta y ocho años y Sophia, su nieta de seis, pasan los veranos en una islita del golfo finlandés. Sus paseos por la isla — que los carentes de imaginación podrían recorrer en cuatro minutos y medio (Freud, 2003) — la expanden infinitamente. El libro del verano, publicado por Tove Jansson en 1972, nunca dejó de imprimirse en Escandinavia. Probablemente, porque sus pasajes funcionan como una fábula rebelde que cifra los misterios de la naturaleza y la complejidad del mundocon lo que tiene de luminoso y de oscuro, de sagrado y de terrenal — y nos dejan siempre, en cada relectura, encantados como niños.


Sophia y su abuela, malhumoradas y poco complacientes, saben seguirse el juego y dejarse ir por conversaciones sobre la muerte, sobre la capacidad extraordinaria de las lombrices para partirse en dos, sobre los ángeles que (obviamente) usan vestidos, sobre el amor no correspondido con un gato arisco. En todos los rincones, encuentran filamentos de belleza; en la fragilidad del musgo que es lo más delicado que existe. Si se lo pisa una vez, el musgo vuelve a erguirse con la primera lluvia, pero a la segunda ya no se levanta, y a la tercera muere”, en las flores que crecen entre las piedras, en el interior de una cueva que “huele a podrido y es increíblemente hermoso (…) allí vive Dios, creo que en una cajita”. Jansson nos invita a su jardín de verano, a envolvernos con la lógica deliciosa de quienes ya se han vuelto del color del paisaje.
El libro del verano, Christian Kupchik Trad., Buenos Aires, Compañía Naviera Ilimitada editores, 2019 [1972]
FOTOGRAFÍA: UKI ESPONA
Tove Jansson
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