Sara Gallardo

No 13

Sara Gallardo


En la fiesta de casamiento de su hermana mayor, un borracho la viola y Nefer queda embarazada a los dieciséis. La tragedia es doble. La criatura no deseada inhabilitará también la posibilidad (ya remota) de una relación con el Negro, el hombre por el que suspira esta niña en su monólogo desamparado.

 

Sara Gallardo alguna vez le dijo a Reina Roffé que sus personajes “no luchan por nada, simplemente saben que contra la adversidad o la ruptura del amor no se puede luchar”.

 

Si Nefer sabe que existe una opción (en la casa de la vieja Borges) e incluso la explora (se sube al caballo -el galope tal vez ayude- y miente cuando le preguntan a dónde va), no puede llevarla a cabo: “En el infinito somnoliento del horizonte pampeano, Nefer está rodeada.

 

Sabe que no es, que no será tampoco, dueña de su cuerpo. Contra la adversidad, no hay nada que hacer.

 

María Elena Walsh leyó Enero en 1958 y escribió para Sur un párrafo perfecto, mil veces citado: Es una novela de amor, no color rosa sino color tierra. El protagonista real es el amor adolescente, fracasado y absurdo”.

 

Enero es un registro pampeano y distópico del mundo de Jane Austen. Una novela de amor color tierra en la que el desenlace no ofrece ni amor ni redención. A Nefer la casan con Nicolás, su violador, sin promesas de riqueza, delicadeza o felicidad. “Morir -piensa-; más me valiera”.

 

En los poemas de Idea Vilariño, hay uno especialmente cruel que podría haber sido epígrafe:

 

Si te murieras tú
y se murieran ellos
y me muriera yo
y el perro
qué limpieza

 

Enero, Buenos Aires, Fiordo, 2022 [1958]

 

 


FOTOGRAFÍA: UKI ESPONA
Sara Gallardo
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